El COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE PUERTO RICO (CFPR) Es una organización profesional creada por ley. Agrupa a todos los farmacéuticos autorizados a ejercer la profesión en Puerto Rico.
Ya para el 1910, se configuró la primera asociación de farmacéuticos con el propósito de unirse para velar por los mejores servicios farmacéuticos en beneficio de los ciudadanos. Esta primera asociación, aún con corta vida de cuatro años, tuvo una influencia social significativa.
Para el 1927, se reactivó la anterior asociación y se organiza la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico. Los esfuerzos principales de esta Asociación fue la de crear una Sociedad Cooperativa de Farmacéuticos con el objetivo, entre otros, de lograr mejorar la ley que regulaba la práctica de la profesión para proteger la salud pública y la integridad de la profesión de farmacia.
En 1938, por acuerdo e intensa labor de los directivos de la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico, se aprobó el 15 de mayo de ese año la Ley Núm. 243 que propició la celebración de un referéndum para que los farmacéuticos en el ejercicio de la profesión determinaran si se constituía el Colegio de Farmacéuticos de Puerto Rico. En el mes de agosto de ese año se celebró el referéndum con un resultado de un sólo voto en contra. Así, en asamblea constituyente el 1ro de septiembre de 1938, quedó constituido el Colegio de Farmacéuticos de Puerto Rico como sucesor de la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico.
La profesión de farmacia fue la primera profesión de salud con una formación académica universitaria al fundarse, en el 1913, el Departamento de Farmacia adscrito a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Hoy, forma parte del Recinto de Ciencias Médicas de dicha Universidad como Escuela de Farmacia.
Nuestra Ley de Colegiación, que dispone la colegiación obligatoria para poder ejercer la profesión de farmacéutico, nos señala como obligación primaria “cooperar al mejoramiento de la práctica de la farmacia velando en todo momento por la salud del pueblo” y “rendir los informes y consultas que el gobierno le reclame”. Asimismo, nos señala como obligación o deber “defender los derechos e inmunidades de los farmacéuticos” y “sostener una saludable y estricta moral profesional entre los asociados”.
La primera presidencia del Colegio recayó en el distinguido farmacéutico, Lcdo. Teodoro Moscoso, ciudadano puertorriqueño que hizo grandes aportaciones para el desarrollo económico de nuestra Isla.
Desde sus inicios, el Colegio, al igual que las organizaciones anteriores, trabajaron arduamente por lograr la mejor reglamentación de los servicios farmacéuticos en protección de la salud de los ciudadanos. Estos esfuerzos rindieron fruto años después, con la aprobación de la Ley Núm. 282 de 1945 bajo la presidencia del compañero Adolfo L Monserrate Anselmi, quien a su vez era miembro legislador de la Cámara de Representantes de Puerto Rico. Esta ley estuvo vigente durante cerca de sesenta años, hasta el 2004 cuando se aprobó la nueva Ley de Farmacia de Puerto Rico – Ley 247 del 3 de septiembre de 2004, que reglamenta la profesión de farmacia y la manufactura, distribución y dispensación de medicamentos en Puerto Rico.
Ya para el 1910, se configuró la primera asociación de farmacéuticos con el propósito de unirse para velar por los mejores servicios farmacéuticos en beneficio de los ciudadanos. Esta primera asociación, aún con corta vida de cuatro años, tuvo una influencia social significativa.
Para el 1927, se reactivó la anterior asociación y se organiza la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico. Los esfuerzos principales de esta Asociación fue la de crear una Sociedad Cooperativa de Farmacéuticos con el objetivo, entre otros, de lograr mejorar la ley que regulaba la práctica de la profesión para proteger la salud pública y la integridad de la profesión de farmacia.
En 1938, por acuerdo e intensa labor de los directivos de la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico, se aprobó el 15 de mayo de ese año la Ley Núm. 243 que propició la celebración de un referéndum para que los farmacéuticos en el ejercicio de la profesión determinaran si se constituía el Colegio de Farmacéuticos de Puerto Rico. En el mes de agosto de ese año se celebró el referéndum con un resultado de un sólo voto en contra. Así, en asamblea constituyente el 1ro de septiembre de 1938, quedó constituido el Colegio de Farmacéuticos de Puerto Rico como sucesor de la Asociación Farmacéutica de Puerto Rico.
La profesión de farmacia fue la primera profesión de salud con una formación académica universitaria al fundarse, en el 1913, el Departamento de Farmacia adscrito a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Hoy, forma parte del Recinto de Ciencias Médicas de dicha Universidad como Escuela de Farmacia.
Nuestra Ley de Colegiación, que dispone la colegiación obligatoria para poder ejercer la profesión de farmacéutico, nos señala como obligación primaria “cooperar al mejoramiento de la práctica de la farmacia velando en todo momento por la salud del pueblo” y “rendir los informes y consultas que el gobierno le reclame”. Asimismo, nos señala como obligación o deber “defender los derechos e inmunidades de los farmacéuticos” y “sostener una saludable y estricta moral profesional entre los asociados”.
La primera presidencia del Colegio recayó en el distinguido farmacéutico, Lcdo. Teodoro Moscoso, ciudadano puertorriqueño que hizo grandes aportaciones para el desarrollo económico de nuestra Isla.
Desde sus inicios, el Colegio, al igual que las organizaciones anteriores, trabajaron arduamente por lograr la mejor reglamentación de los servicios farmacéuticos en protección de la salud de los ciudadanos. Estos esfuerzos rindieron fruto años después, con la aprobación de la Ley Núm. 282 de 1945 bajo la presidencia del compañero Adolfo L Monserrate Anselmi, quien a su vez era miembro legislador de la Cámara de Representantes de Puerto Rico. Esta ley estuvo vigente durante cerca de sesenta años, hasta el 2004 cuando se aprobó la nueva Ley de Farmacia de Puerto Rico – Ley 247 del 3 de septiembre de 2004, que reglamenta la profesión de farmacia y la manufactura, distribución y dispensación de medicamentos en Puerto Rico.